sábado, 6 de marzo de 2021

Rollo de piquillos relleno

Esta receta fue una de las que preparé en Navidad y fue un éxito rotundo. Estos rollos de bizcocho con relleno salado son siempre un acierto, además de que dan para muchas raciones. Normalmente los relleno de queso Roquefort y jamón dulce o de aguacate y langostinos... Tengo varios fijos en mi recetario. Sin embargo, este es el más vistoso de todos por el color que aportan al bizcocho los pimientos del piquillo.

Ingredientes:

Para la masa:

  • 200 gramos de pimientos del piquillo en conserva
  • 4 huevos tamaño M
  • 200 gramos de harina de trigo
  • Un sobre de levadura en polvo
  • Un yogur natural sin azúcar
  • 100 ml de aceite de oliva
  • Media cucharadita de sal
  • Una pizca de pimienta negra molida

Para el relleno:

  • 300 gramos de queso crema
  • 250 gramos de queso de cabra
  • 50 gramos de rúcula
  • 100 gramos de nueces troceadas

Preparación:

Empezáis preparando la masa y para ello metéis todos los ingredientes en el vaso de la batidora o en el robot de cocina que tengáis. Lo trituráis hasta que quede una fina masa que será de un precioso color naranja.

El horno lo precalentáis a 180 grados con calor arriba y abajo. 

Cubrís una bandeja de horno con papel vegetal y vertéis la masa que expandiréis con una espátula hasta que quede bien repartida. Cuando esté extendida, le dais unos golpes a la bandeja contra la encimera para que desaparezcan las burbujas de la masa, si es que las tuviera.

La metéis en el centro del horno y cocéis esta plancha de bizcocho entre 15 y 18 minutos, depende de cada horno. Como siempre, podéis comprobar que está lista clavándole un palillo o una brocheta. Tienen que salir limpios.

Una vez fuera del horno, dejáis que se enfríe un poco y enrolláis el bizcocho con el papel vegetal, por el lado más ancho, en un trapo de cocina. Lo dejáis así hasta que se enfríe por completo.

Mientras se enfría, preparáis el relleno mezclando los dos quesos, el de cabra sin corteza, si es que lleva, hasta que estén bien integrados. Desenrolláis el bizcocho, untáis con la crema de queso sin llegar a los bordes, cubrís la crema con la rúcula y las nueces troceadas y lo volvéis a enrollar, presionando suavemente de manera que quede bien firme. Lo envolvéis en papel film y al frigorífico. En dos horas estará listo. 

Los servís cortado en rodajas.

Observaciones:

Si os apetece, podéis cubrirlo con una capa de queso, pero tiene un color tan lindo que a mí me gusta servirlo sin nada por encima.

Podéis prepararlo el día anterior y guardarlo en el frigorífico. Solo tenéis que tener la precaución de sacarlo un par de horas antes de servirlo.



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