sábado, 24 de agosto de 2013

Pastel de pollo, cerdo y ternera


Mañana tengo invitados, no tengo ni idea qué hacer de comer, tampoco tengo ganas de calentarme la cabeza, ni de estar mucho tiempo en la cocina… Pues, tranquilos, la receta de hoy es perfecta para todo lo anterior: ya tenéis la idea, se mete en el horno y si la hacéis el día anterior esta muchísimo mejor. Acompañada de una ensalada es un plato redondo.


Uno de los extremos más complicados del blog, además de los técnicos y la complejidad de las fotografías, es, aunque os parezca increíble, elegir la receta. Hay tantísimas por la red que es imposible no repetir, aunque cada bloguero le dé su toque personal, por ello la selección se hace tan complicada. 


Esta vez hemos cumplido la petición de una seguidora, con la que estamos encantados, que nos solicitó un pastel fácil para estos días de verano. Esperamos que le guste, que lo haga y que cumpla sus expectativas. Va por ti, Mari Cruz.


Ingredientes:
  • Dos paquetes de beicon ahumado de 250 gramos cada uno. Te sobrarán algunas lonchas dependiendo del tamaño del molde.
  • Una pechuga de pollo fileteada 
  • 300 gramos de ternera picada
  • 300 gramos de carne de cerdo picada
  • Tres huevos
  • Perejil
  • Tomillo
  • Sal y pimienta


Para la salsa:
  • Tres manojos de cebollino. En los supermercados, normalmente lo tienen envasado en bolsas o cajas.
  • Una cucharada de azúcar
  • Una cucharada de mostaza
  • Ocho cucharadas de aceite de oliva virgen
  • Dos cucharadas de vinagre
  • Sal y pimienta


Preparación:

La fotografía de aquí abajo la hemos puesto para explicaros cómo se ponen la lonchas de beicon. Culinariamente se dice acaballadas y para que no dijéseis al leerlo ¡eso qué es! hemos optado por explicarlo con esta imagen. Por cierto, el cebollino es de adorno.


Una vez dispuestas las lonchas "acaballadas" en el molde, ponéis las pechugas salpimentadas. Si son un poco gruesas, las aplastáis ligeramente con el mazo del mortero, por ejemplo.
Cuando vayáis a comprar la carne, pedidle al carnicero que pase las carnes de cerdo y ternera dos veces por la picadora.
En un bol, mezcláis muy bien la carne con los tres huevos, un poco de perejil picado, el tomillo, la sal y la pimienta y esta mezcla la ponéis encima de los filetes de pechuga de pollo. Aplastáis el relleno, lo cubrís con la lonchas de beicon que cuelgan por los bordes del molde y lo cerráis bien.


Tapáis el molde con papel de aluminio, lo ponéis en una bandeja de horno y lo cocináis, por supuesto en el horno precalentado a 180º, una hora y cuarto.
Pero como lo de los hornos de cada uno es un misterio sin resolver, para saber si está terminado sólo tenéis que destapar una esquina del aluminio y clavarle un palo de brocheta o la punta de un cuchillo. Si no sale agüilla es que está listo.


Una vez fuera del horno le ponemos al molde una tabla (yo tengo una a medida, pero no hay problema si no la tenéis, porque podéis ponerle cualquier cosa que se os ocurra) para que sujete encima dos botes de kilo de lo que tengáis a mano. El caso es que tenga peso encima. Con el peso, lo dejáis enfriar.


Para hacer la salsa sólo tenéis que meter todos los ingredientes en la batidora. La tenéis que probar para la cantidad de sal y pimienta. Esto depende de vuestro gusto. 

Cuando destapéis el pastel, comprobaréis que por encima del beicon se ha formado una capa que se parece al paté y es que es eso precisamente. 


La mezcla de los jugos de la carne y el beicon lo origina. Puedes retirarlo con cuidado con un cuchillo de punta redonda o uno de untar mantequilla y guardarlo para extenderlo en rebanadas de pan cómo hemos hecho nosotros. Esta foto da fe de ello.
Está buenísimo pero no os emocionéis, porque da para poco.


Observaciones:

Con este pastel comen, por lo menos, seis personas a razón de dos lonchas gruesas cada una. Si es plato único.

Se puede tomar tanto frío como caliente. A mí personalmente me gusta más esta última opción.

Esta receta es de un libro de técnicas de cocina que publicó El País en 1997. El pastel lleva los mismos ingredientes, excepto el beicon que lo utilizo ahumado, sin embargo, la salsa, la modifiqué desde la primera vez que lo hice. La original llevaba mucho perejil.

Si la salsa de cebollino os parece muy fuerte podéis sustituirla por una de mostaza o una de queso roquefort. O incluso, si hacéis el pastel para un bufé, preparáis varias salsas y que cada uno se ponga la que más le guste.

Los platos que hemos utilizado esta semana son de basalto de la marca francesa Revol. Son de JOSÉ DÍAZ y los tienen con las bandejas de madera para llevarlos a la mesa.


Todas las fotografías son propiedad de Francisco Solana. Si te interesa alguna de ellas puedes ponerte en contacto conmigo para obtener mi autorización en micajaderecetas@gmail.com  o en franciscosolanaphoto.blogspot.com  Si no me la pides, no puedes utilizarla. Gracias.

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sábado, 17 de agosto de 2013

Cabello de ángel


Por fin vamos a inaugurar la sección de recetas dificilísimas, aunque realmente, más que difícil, es pesada y ya cuento con que no la vais a hacer, lo que pasa es que me regalaron unas magníficas calabazas de cidra (con las que se hace el cabello de ángel) y me decidí a utilizarlas. La puntilla, como siempre, me la dieron las fotografías de Paco y Pilar: eran tan preciosas que teníamos que publicarlas. 



Además, el dulce salió tan bueno, que a lo mejor convenzo a alguien al que le regalen una calabaza de este tipo a que se meta en la cocina varias horas (ja, ja, ja, ja, ja. Ni yo misma me lo creo).



Las calabazas son de Mercedes, cultivadas en su huerto La Madroa, en la ría de Vigo. Y ella hace la receta de forma tradicional: primero las asa y, luego, cuece la pulpa. Más abajo os lo explico paso a paso.



Para hacer un buen cabello, las calabazas tienen que estar guardadas varios meses. Éstas que veis en las fotos son de la temporada pasada y el resultado ha sido de cinco estrellas. Está delicioso.



Ingredientes:
  • La pulpa de una calabaza de cidra que pesaba 1.000 gramos 
  • 800 gramos de azúcar
  • La piel de un limón 
  • Un palito de canela en rama


Preparación:

La piel de la calabaza de cidra está durísima o sea que podéis hacer el ejercicio de soltar adrenalina dándole con una tabla de madera hasta que se rompa. Os advierto que es muy gratificante. También podéis usar la opción cuchillo 
–tiene que cortar muy bien– y partirla por la mitad como si fuese una sandía. Ya os aviso de que es tarea titánica.



Una vez lo hayáis conseguido, metéis las dos mitades en el horno, tapadas con papel de aluminio y las dejáis dos horas a 180º.
Mientras, aprovecháis para daros un baño.
Transcurridas las dos horas, y una vez frías, les sacáis la pulpa y les quitáis las pepitas. Cómo salen unas hebras muy largas tendréis que cortarlas.



Ahora llega la segunda parte:
Ponéis las hebras en una olla con el azúcar, el limón y la canela y las cocéis durante dos horas a fuego lento, dándole vueltas de vez en cuando.
(A estas alturas sé que habréis apagado el ordenador y comprado el cabello de ángel en el supermercado)
Para los que os ha picado el gusanillo, os diré que es una maravilla ver cómo cambia de color del blanco al tostado y, capítulo aparte, el olor que sale de la olla. Y ni os cuento cómo está…




Observaciones:

Esta receta sé que no le va a gustar nada a mis amigas que odian estar en la cocina más de media hora, pero tenía que intentarlo.
También es verdad que por el sureste de España no se cultivan calabazas de cidra y hay muy pocas oportunidades para conseguirlas.
Por otra parte, y dado cuánto ha subido la factura de la luz, se hace un poco cuesta arriba gastar tanta electricidad.


Podéis usar azúcar blanco o moreno.
Esta receta está adaptada al robot thermomix. Si os metéis en la página oficial de la marca, la encontráis.
Con un kilo de pulpa llené dos tarros de 250 gramos y la mitad de otro.
Yo siempre esterilizo los tarros poniéndolos 20 minutos en un olla con agua hirviendo.


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domingo, 11 de agosto de 2013

Garbanzos con arroz


En los correos que nos mandáis (micajaderecetas@gmail.com) nos habéis pedido recetas muy variopintas y con distintos ingredientes, pero uno de los que más se repite son los garbanzos. La verdad es que nos faltaban y eso que me chiflan. Por ello, nos hemos metido en la cocina y lo hemos solucionado rápidamente.

La receta de hoy es un clásico en casa y es rara la semana que no la hago, porque les gusta a todos, está buenísima, es baratísima, se hace en nada y cunde muchísimo.



Ingredientes:
(Para cuatro personas)

  • Un bote de garbanzos de 400 gramos
  • Unos 300 gramos de magra de cerdo o de la parte que más os guste
  • Un puñado de arroz por persona (esto siempre lo hago a ojo)
  • Una cebolla pequeña
  • Un diente de ajo
  • Una cucharada bien colmada de pimentón
  • Unas hebras de azafrán de pelo
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • Caldo de carne o agua mineral para cubrir los garbanzos. Aproximadamente un litro




Preparación:

Como con las habichuelas de bote, lo primero que vais a hacer es enjuagar muy bien los garbanzos.
Después, cortáis la cebolla y el ajo en cuadraditos y los sofreís en el aceite de oliva. Este plato es de esos que os gustan tanto porque se hace todo en la misma olla o cazuela.
Una vez sofritos el ajo y la cebolla, sofreís la carne elegida en trocitos pequeños para que se haga todo al mismo tiempo y le añadís los garbanzos, les dais unas vueltas y le ponéis el pimentón. De nuevo otras vueltas. La cocina ya empieza a oler a gloria. Me han traído un pimentón de la Vera ahumado que no puedo describiros como está. Me faltan adjetivos calificativos.



Bueno a lo que iba: Una vez dadas las vueltas al pimentón cubrís con el caldo, sazonáis y lo dejáis cocer unos diez minutos. En cuanto hierva, es el momento de echar el arroz y las hebras de azafrán de pelo. En unos 15 minutos, aproximadamente, estará listo. Si veis que se está quedando seco le podéis añadir un poco más de caldo o agua.



Observaciones:

¿Puedo hacer esta receta sin carne? Pues claro que sí. Es otra opción.
Si por el contrario la queréis más completa podéis ponerle un par de patatas cortadas en cuadrados del tamaño de una aceituna y añadirlos al mismo tiempo que el arroz y si os gusta más caldosa, un poco de agua y probarla siempre por si tenéis que rectificarla de sal.




El libro que veis en la fotografía me lo regaló mi madre hace 30 años. Fue editado en el año 1980 por el entonces llamado Instituto Nacional de Consumo y la dedicatoria está firmada por una jovencísima Reina Sofía. Es un libro sencillo pero con platos estupendos y de él precisamente saqué esta receta. 




La preciosa vajilla de esta semana es portuguesa de la famosa casa Vista Alegre. Es de SEVRES en la calle del Carmen de Cartagena.


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viernes, 2 de agosto de 2013

Ensalada de kiwi y pepino


Hace tanto calor que esta semana me he ido directamente a la carpeta de las recetas de ensalada. Es lo único que me apetece últimamente, junto a los gazpachos fresquitos y la comida ligera. No sé si os pasará lo mismo a vosotros pero creo que esta ensalada, que os llamará la atención, es estupenda para cuando fuera hay casi cuarenta grados.



Ingredientes:

  • Dos cogollos de lechuga
  • Un pepino grande
  • Tres piezas de kiwi verde (no del amarillo)
  • Cuatro lonchas de jamón de york 
  • Estragón
  • Vinagre de estragón
  • Aceite de oliva 
  • Sal y pimienta



Si nunca habéis probado el kiwi en ensalada, hacedlo porque combina estupendamente con el resto de ingredientes y con el aliño de vinagre y aceite. 



Preparación:

Lo primero que vais a hacer es lavar los cogollos de lechuga y los cortáis en tiras al igual que las lonchas de jamón. Para esta ensalada he comprado uno asado a la leña que está delicioso.


El pepino, sin quitarle toda la piel, lo cortáis en rodajas finas. Hacéis lo mismo con los kiwis.
En un bol ponéis cuatro cucharadas de aceite de oliva, dos de vinagre de estragón, un poco de pimienta y la sal y batís con un tenedor hasta que esté bien mezclado.


En una fuente ponéis la lechuga en el fondo y encima intercaláis las rodajas de pepino con las de kiwi y las tiras de jamón. Le echáis el aliño y espolvoreáis con estragón en hojas cuando vayáis a servirla.
Podéis tenerla preparada en el frigorífico tapada con papel film y sacarla justo a la hora de comer. Entonces la aliñáis.


Observaciones:

El estragón suele estar en los supermercados en los especieros y por supuesto lo encontráis en tiendas especializadas en especias. Lo mismo que el vinagre. No es nada raro.
Por supuesto, podéis cambiarlo por otro o no ponerle estragón, pero el sabor que le da es espectacular y además, ya es hora de que empecéis a probar otras cosas y os olvidéis, por lo menos en esta ensalada, del manido vinagre de Módena, que ya sale hasta en la sopa.

Nos os imagináis el calor que han pasado Paco y Pilar, y su ayudante, en la sesión de fotografías. Entre el calor del sol y el de los focos. Para que alguien piense que no se lo trabajan.


El atrezzo de madera nos lo ha hecho Miguel Navarro. Y en la parte técnica, los pdfs y todo lo de imprimir es cosa de Tere Carrasco y Pedro Hernández. Desde aquí, les mandamos un millón de besos y gracias y les deseamos unas felices vacaciones. ¡Hasta la vuelta, chicos!

La fuente es de la casa Crisol, modelo esquinas curvas


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