domingo, 19 de marzo de 2023

Chocotorta argentina

La chocotorta es uno de los postres preferidos de los argentinos junto con los alfajores y los panqueques. Fue elegido el mejor del mundo en el año 2020 y lleva más de cuarenta años alegrando las comidas argentinas y, en mi caso, también las españolas. Como es la tarta preferida de mi marido, se la he preparado hoy que precisamente es su santo. Es una tarta sencillísima de hacer. La única dificultad es encontrar las auténticas galletas "Chocolinas", creadas por Bagley en 1975, porque nos las venden en todos los supermercados. En el caso de que no las consigáis, podéis sustituirlas por otra marca de galletas de chocolate, ojo, no con chocolate.




Ingredientes:
  • 400 gramos de galletas "Chocolinas"
  • 250 ml de café
  • 450 gramos de queso Mascarpone
  • 450 gramos de dulce de leche pastelero

Preparación:

Mientras se hace el café, ponéis en un cuenco grande el queso, a temperatura ambiente, y el dulce de leche y los mezcláis con varillas hasta que se integren.
Cubrís el molde en el que vayáis a preparar la chocotorta con papel film.
Hacéis una primera capa de galletas mojadas en el café y la cubrís con la crema de queso y dulce de leche y seguís poniendo capas hasta que acabéis las galletas. La última capa tiene que ser de crema.
La metéis en el frigorífico por lo menos dos horas antes de servirla.

Observaciones:

Otra opción para la capa final es cubrirla con una ganache de chocolate (80 gramos de chocolate de cobertura, 80 gramos de nata y 20 gramos de mantequilla).









domingo, 5 de marzo de 2023

Calamares fritos sin calamares de Ignacio Doménech

Estrenamos el mes de marzo con mucho frío, pero con el calor de los fogones del reto Cooking the Chef  y la fabulosa historia de Ignacio Doménech y Puigcercós, un hombre que pasó de comer de la caridad y dormir en soportales a lo más alto dentro del mundo de la gastronomía española de finales del siglo XIX y principios del XX, tras pasar por París y Londres. Su multitud de libretas con centenares de recetas fueron el gran bagaje profesional que le dio renombre y posición junto a su organización de banquetes a medida en casas particulares. Fue el precusor del moderno catering. Asimismo, se encargó durante años de enseñar a las amas de casa la importancia de no desperdiciar comida y de hallar soluciones prácticas a la escasez de alimentos por culpa de la Guerra Civil, ya que él mismo había conocido el hambre de cerca. 


Ingredientes:

  • Arandelas de cebolla
  • Harina
  • Aceite
  • Sal
  • Agua

Preparación:

Lo primero que vais a hacer es la pasta en la que vais a rebozar las arandelas de cebolla: En un cuenco grande, ponéis dos o tres cucharadas de harina, un poco de sal, un poco de agua y unas gotas de aceite. Lo trabajáis bien hasta conseguir una pasta ligera sin grumos.

Una vez hecha la pasta, peláis las cebollas y las cortáis en rodajas de un centímetro, soltáis los anillos que forman las cebollas (formato igual a los calamares fritos), las sazonáis y seguidamente, pasáis cada anillo por la pasta de harina, que hace la vez de huevo, y las freís, poco a poco, en una sartén con aceite que, en principio, no esté demasiado caliente; cuando las cebollas estén fritas, subís la intensidad del fuego para que se doren y queden bien crujientes. Las escurrís encima de un papel absorbente.

Observaciones:

No he puesto cantidades porque lo hace a "ojo".

El cocinero no detalla la clase de aceite. Me imagino que en esos años utilizarían el que pudiesen conseguir.

Sin embargo, sí especifica que cada ración debe llevar diez "exquisitas" arandelas.

Relata Doménech, en el libro Cocina de recursos (1941), que  "en Barcelona y provincias españolas, durante los años 1937-1938, la inmensa mayoría de los ciudadanos no podíamos gastarnos 40 o 50 duros para adquirir una docena de huevos y tuvimos que prescindir a toda prisa de tan precioso material que nos proporcionan las simpáticas gallinas...". De ahí esa pasta que sustituía al huevo en estos falsos calamares y en su famosa tortilla sin huevo que el crítico gastronómico y escritor Joan Sella Monserrat denomina, en la introducción del libro, "un trampantojo culinario".

En este enlace, el resto de recetas del reto CTC.