¿Que quieres una tarta y no te quieres complicar? Nada más sencillo que esta de queso con solo tres ingredientes: huevos, queso crema y leche condensada. La de veces que la habré hecho y todavía no la había publicado en el blog. Pues, hala, aquí la tenéis.
Ingredientes:
- 4 huevos
- 250 gramos de queso de untar
- Un bote pequeño de leche condensada (370 gramos)
- Azúcar glas para decorar (opcional)
Preparación:
Preparar esta tarta es sencillísimo. Lo más importante es cubrir bien el molde con papel de aluminio para que no le entre agua. Pero primero, a hacerla.
Separáis las claras de las yemas. En un bol ponéis las yemas y las mezcláis con unas varillas con el queso a temperatura ambiente y la lecha condensada. En otro bol, batís las claras a punto de nieve.
Vais añadiendo las claras montadas, poco a poco, con movimientos envolventes con una espátula a la mezcla de yemas hasta que todo esté integrado.
Capítulo molde: Yo he utilizado un molde de 20 centímetros de ancho por 7 centímetros de alto. Si no tenéis de estas medidas, y el vuestro es más grande, la tarta estará igual de rica pero no subirá tanto.
Cubrís el fondo del molde con papel vegetal y lo engrasáis, o bien con mantequilla o con spray antiadherente. Y lo cubrís con papel de aluminio.
En una fuente donde quepa este molde, ponéis agua caliente y lo metéis.
Con el horno precalentado a 180 grados, ponéis el molde en medio y lo cocéis 35 minutos. Cuando pase este tiempo, apagáis el horno y dejáis la tarta dentro con la puerta entreabierta otros 30 minutos.
La sacáis, dejáis que se enfríe del todo y la metéis en el frigorífico.
Observaciones:
Podéis cubrirla de azúcar glas, de mermelada, de dulce de leche... Pero sin nada está espectacular.
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